El 38% de las firmas que han trasladado el domicilio social a la región lo han hecho desde Cataluña. El proceso independentista y unos costes más competitivos elevan el interés por la comunidad aragonesa.
La recuperación de la economía ha despertado las oportunidades de inversión de algunas empresas. En este contexto, Aragón suena con fuerza como polo de atracción de compañías asentadas ya en Cataluña. La proximidad geográfica, su ubicación estratégica (en el epicentro del 70% del PIB nacional), unos costes laborales y fiscales competitivos, más suelo industrial y a mejor precio y una baja conflictividad son razones que explican este interés. Pero ahora se suma un nuevo factor: el proceso independentista abierto en Cataluña, que ha alimentado la inseguridad jurídica y ha activado rumores de posibles deslocalizaciones.
Fuente: El Periódico de Aragón
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