En el año 1900, Rafael Grilló Garín, ya establecido como platero en sus talleres desde 1890, abre al público su primer establecimiento como joyería en Zaragoza en el edificio modernista del número 38 de la calle Alfonso I.
Su hijo, Cecilio Grilló Pérez continuó su labor al frente del negocio, consolidándolo e introduciendo la alta joyería en Zaragoza, hasta su fallecimiento en 1977. En este periodo se potenciaron los talleres y diseños propios, convirtiendo la Joyería Grilló en un referente de la ciudad, tanto profesional como socialmente.
Fué entonces cuando tomó el relevo la tercera generación, Rafael Grilló Solano (quien ya trabajaba codo con codo con su padre desde 1950) acompañado de su mujer, María Jesús Dolset Sarrat. Juntos formaron un equipo excelente, continuando la línea de prestigio existente y acercando a los zaragozanos los trabajos de los mejores joyeros diseñadores españoles y europeos. Además, Rafael reunía unas excepcionales cualidades para el diseño de joyas, lo que le proporcionó el reconocimiento de sus colegas y un altísimo nivel de fidelidad de sus clientes.
En los 80 comienzan sus hijos, Rafael y Juan Grilló Dolset, a colaborar en el negocio en distintas etapas, aportando por su parte titulación oficial como expertos en diamantes y gemólogos-tasadores y una nueva perspectiva de la joyería actual.
Son, en definitiva, más de 111 años de dedicación a la joyería, transmitiendo de padres a hijos la satisfacción de ganarse el prestigio y la confianza de los más exigentes clientes.
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