Galicia va a organizar unas Jornadas para el diseño de Planes de Promoción Internacional

Marca España, el proyecto comercial que busca mejorar la imagen de nuestro país tanto en el interior como más allá de nuestras fronteras, quiere potenciar su presencia en las comunidades autónomas mediante la organización de mesas de trabajo que distingan las peculiaridades de cada región. La primera autonomía en abrir sus puertas a este proyecto de Estado será la Comunidad Valenciana y después, probablemente en septiembre, lo hará Galicia.

En Valencia, el próximo 18 de julio está prevista una jornada de trabajo en la que se reunirán empresarios locales, la cámara de comercio regional y representantes de la sociedad civil, en el que tocarán varias temáticas como agroindustria, industria manufacturada, infraestructuras y turismo, y a la que asistirán secretarios de Estado, diputados, consejeros y concejales de turismo.

La idea es debatir los puntos fuertes de la Comunidad Valenciana en estos campos (vino, fruta, verdura, textil, AVE, playas o puerto marítimo), elaborar un documento de conclusiones y elevarlo al comisionado de la «Marca España», presidido por Carlos Espinosa de los Monteros, para su aprobación definitiva. Posteriormente, se llevará a cabo un plan de promoción de la comunidad que se divulgará en embajadas, consulados, institutos Cervantes o en los viajes oficiales al extranjero de los ministros o del presidente del Gobierno Mariano Rajoy.

En septiembre está previsto que ese mismo programa se siga en Galicia. El pasado 18 de junio, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, aseguró en un viaje a Argelia que llevar la «Marca España» a las comunidades supondrá «un chute de autoestima». «No es un concepto nuevo, original, ni esotérico. No es propaganda, no es publicidad ni mucho menos relaciones públicas», sino la mejor forma de vender nuestras cualidades y recuperar la confianza, apuntó el ministro. Se da el caso de que en el extranjero ven a los españoles como antiguos, tradicionales y poco fiables pero sí tolerantes, según estudios de opinión.

Fuente: La Voz de Galicia